Publicado el 10 de Abril del 2010

Un importante tema de discusión de actualidad, es sí el Estado debe adoptar o no una posición paternalista para con los microempresarios, en desmedro del Sistema Financiero.

Quienes opinan a favor indican como argumento, la existencia de un supuesto abuso de poder, por el lado de la oferta crediticia (las entidades financieras), debido a la limitada competencia existente; agravada por la escasa cultura financiera, por el lado de la demanda (los microempresarios).

Por su parte, quienes opinan en contra, manifiestan que el Estado debería concentrarse tan sólo en brindar al microempresario toda la información posible, considerando que tienen la educación suficiente y capacidad de discernimiento.

Ante ello nos preguntamos: ¿Realmente, los microempresarios tienen una adecuada cultura financiera?, ¿son capaces de comparar la TASA DE COSTO EFECTIVO ANUAL (TCEA) o costo real de los créditos que ofrecen las distintas Entidades de Microcrédito, antes de tomar una decisión crediticia?; ¿cuentan con las destrezas suficientes como para analizar todos los gastos y/o comisiones que se les cobran?. En resumen, ¿Entienden toda la información que las Entidades de Crédito les proporcionan?.

Precisamente, el autor del presente artículo, para conocer la cultura financiera de los microempresarios, monitoreó una encuesta a una muestra de 138 microempresarios (con un IC del 95% y un d = 8%), usuarios de una entidad de microcrédito trujillana. Los resultados de la encuesta arrojaron que un 35.46% no conocía la tasa de interés que se le cobraba, un 82.22% desconocía la diferencia entre la tasa de interés efectiva anual y el costo efectivo anual, un 53.75% no tenía conocimiento de todas las comisiones que pagaba y sólo el 50% comparaba las tasas de interés de la competencia.

Ante esta realidad, me pregunto: ¿servirá de algo atiborrar a los microempresarios de más “información oportuna y veraz”, sí no tienen la capacidad de discernir, ni los medios para interpretarla?.

Entonces, la solución no estaría sólo en brindar mayor información, tampoco, en medidas controlistas, sino en educar a los microempresarios; y así evitar posibles abusos de poder, que podrían existir antes dichas falencias.

Una medida inmediata podría ser sensibilizar a las Entidades de Crédito, apelando al cumplimiento de su Responsabilidad Social, a fin de que se vean comprometidas en el dictado de cursos de capacitación a los microempresarios, como ya vienen efectuando de manera plausible algunas entidades de microfinanzas.

De manera paralela, debería intervenir la sociedad civil, a través del compromiso de los gremios, asociaciones de microempresarios y Cámaras de Comercio, en la capacitación permanente de sus asociados y no asociados.
No debemos olvidar, que los microempresarios en el Perú, son propietarios de más del 90% del total de las empresas, generan más del 70% del empleo y participan con más del 40% del Producto Bruto Interno; por lo que su destino nos afecta a todos nosotros

Autor
Iván Lozano Flores