Publicado el 09 de Julio del 2012

Últimamente se discute mucho de que las microempresas están sobre-endeudadas o al borde de estarlo.

Se comenta que cada vez más, un mayor número de microempresas se endeudan hasta con cinco Entidades de Crédito. Aunque para sobre-endeudarse algunas veces basta con adeudar a una sola.

Se dice de que los retails contribuyen a sobre-endeudar a las microempresas al otorgar créditos de consumo, que en realidad son microcréditos.

Aunque lo mismo sucede con algunas microfinancieras que otorgan créditos consumo a los microempresarios, aunque algunas han dejado de hacerlo, tales como, CRAC Nuestra Gente, al tomar conciencia de que con su otorgamiento contribuyen al desvío de fondos de los negocios hacia actividades no productivas.

Se aprecia que ya no se respeta la sana política del escalonamiento y los microempresarios ahora pueden obtener préstamos por cualquier cuantía, sin importar la antigüedad, récord o montos de sus créditos cancelados.

Actualmente, todas las microfinancieras compiten entre sí en las principales zonas urbanas del país, pero muy pocas se atreven a salir a las zonas rurales o urbano-marginales, por la carencia de recursos, tecnología insuficiente o chata visión del negocio. Al punto que el propio Banco de La Nación tiene que dar el ejemplo a las entidades privadas, bancarizando directamente a los poblados de las riveras de los ríos Amazonas, Putumayo, Napo, Ucayali y sus afluentes, con apoyo de la Marina de Guerra del Perú.

Sin embargo, hay excepciones loables en algunas entidades de microfinanzas, tales como: MiBanco, Edyficar y Nuestra Gente, que tan sólo en el lapso de Enero a Mayo del presente año han visto incrementar su base de clientes en: 34,758, 28,464, 6,372 y 13,983, respectivamente; en su mayor parte, por la inclusión financiera de nuevos microempresarios.

Precisamente, por qué han entendido claramente que la forma sana de crecer y evitar el sobre-endeudamiento se encuentra en la incursión en nuevas zonas geográficas, donde la oferta crediticia es nula o incipiente, donde muchas veces es necesario cambiar el modelo de negocios tradicional de crédito directo, por el de los créditos solidarios; donde se hace necesario educar primero con el ahorro, para luego en el futuro formar clientes crediticios. Un claro ejemplo es el manejo acertado de CRAC Nuestra Gente de los beneficiarios del Programa “Juntos”.

El derrotero está trazado, los pioneros como siempre, serán los ganadores.

Autor

Iván Lozano Flores

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