Publicado el 26 de Octubre del 2010

Jaime está revisando los EE.FF. de un cliente y encuentra una partida contable que se repite año a año en los Balances de la empresa. Se trata de Entregas a Rendir Cuenta, que ascienden a $.100,000. Intrigado, pregunta al cliente de que se trata y recibe como respuesta que “corresponden a entregas de dinero que se realizaron a un tercero, para que efectúe transacciones comerciales a nombre de la empresa, que lamentablemente no se concretaron y tampoco se devolvieron”.

Ante esto, Jaime se pregunta: ¿Se deberían mantener dichas Entregas a Rendir Cuenta en los Activos de la empresa o retirarse?.
Para contestar a Jaime es importante conocer que se entiende por Activos. Según definición: “son los recursos controlados por la empresa, como resultado de transacciones y otros eventos pasados, de cuya utilización se espera que fluyan beneficios económicos a la empresa”.
Ante ello me pregunto: ¿La empresa espera recuperar las Entregas a Rendir Cuenta?. ¡Definitivamente, no!.

Entonces, los Activos del Balance, por confiabilidad de la Información Financiera, no deberían incluir las Entregas a Rendir Cuenta.
Si es así ¿qué pasaría con la empresa?. Sencillamente, tendría que pasar al gasto las Entregas a Rendir Cuenta, afectar sus Resultados y ajustar su Patrimonio.

El problema para Jaime es que, precisamente, el Patrimonio de la empresa bordea los $.100,000 y sí se pasan al gasto las Entregas a Rendir, la empresa se quedaría prácticamente sin patrimonio y con un endeudamiento patrimonial extremadamente elevado, quedando al descubierto que, durante todo este tiempo, el negocio trabajó con dinero de terceros, puesto que se encontraba totalmente descapitalizado; lo que la imposibilita de ser sujeto de crédito en cualquier Entidad Financiera.

Definitivamente, la decisión que debe tomar Jaime es obvia.

La enseñanza de esta situación es que los Analistas de Crédito deben revisar las partidas del Balance, por más obvias que parezcan. Por ejemplo, los inventarios, a efecto de evaluar su obsolescencia y las Cuentas por Cobrar Comerciales y Préstamos a terceros, para verificar su cobrabilidad. Quizá se podría estar repitiendo el caso de Jaime, sin siquiera saberlo.

Otro punto importante, que debemos considerar, es la práctica de algunas entidades de crédito de no considerar para el cálculo del capital de trabajo y el ratio de liquidez, las Entregas a Rendir Cuenta, las Cargas Diferidas y los Préstamos a Terceros.

Autor
Iván Lozano Flores
Editor www.elanalista.com