Publicado el Sábado, 24 de Julio del 2010

Este reportaje fue realizado por Connie J. González, sobre Francisco, Oficial de Crédito de Sociedad de Ahorro y Crédito Apoyo Integral El Salvador, para el Portal de Microfinanzas.

Un Oficial de Crédito de Apoyo Integral nos permite acompañarle durante un día de trabajo

Francisco, graduado de Bibliotecología en la Universidad de El Salvador tiene un año y medio trabajando en la microfinanciera Apoyo Integral, como Oficial de Crédito. Los Oficiales de Crédito son los encargados de buscar nuevos clientes para la institución, además, procesan las solicitudes para nuevos microcréditos, llevan el orden los préstamos y pagos y dan servicio al cliente.

Actualmente, Integral tiene 130 Oficiales de Crédito que operan en diferentes zonas del país, atendiendo a más de 33,000 microempresarios y microempresarias, a través de 25 sucursales. Detrás de cada historia de éxito de las microfinanzas y los y las beneficiarias están los asesores, quienes día a día ofrecen nuevos servicios y productos para que cientos de emprendimientos se hagan realidad.

Hace unas semanas Francisco invitó al equipo del Portal de Microfinanzas a acompañarle en uno de esos días que hay que hacer trabajo de campo. El objetivo de la invitación fue para enseñar cómo es el trabajo de un Oficial de Crédito y de que manera él contribuye a cumplir los sueños de los 218 salvadoreños y salvadoreñas a quienes atiende actualmente.

El día comienza a las 8:00 a.m. cuando Francisco llega a la oficina central de Apoyo Integral. Su primera tarea es la de consultar el sistema para enlistar los clientes que deben pagar ese día y los que están en mora, y hacer un llamado telefónico a cada uno de ellos. Asimismo, atiende a clientes que llegan a la agencia para cancelar o solicitar un préstamo.

Posteriormente, Francisco, revisa las solicitudes de crédito como parte de su labor en el Comité de Créditos.

A las 9:30 a.m. comienzan la ronda de visitas a clientes. Cada semana Francisco programa sus salidas basado en la información que recibe sobre sus clientes. Cada visita es diferente, algunos clientes lo esperan con el pago, a otros, que están en mora, en primera instancia se les visita para consultar el porqué de la demora en el pago. Francisco, no solamente visita y monitorea a los clientes actuales, si no también va buscando nuevos clientes.

El primer negocio visitado durante el día fue un taller de mecánica automotriz, este taller ha conseguido ofrecer servicios como arreglos de aire acondicionado y pintura, gracias a los préstamos de Integral. El propietario del negocio comenta que actualmente tiene 5 personas como aprendices trabajando el negocio y ayudando en las reparaciones del día.
Camino a la siguiente visita, Francisco comenta sobre algunas de las ventajas de su trabajo, como oficial de crédito debe recorrer largas distancias dentro territorio nacional lo cual le da la oportunidad de conocer más a fondo su país, su gente, la cultura y vivir cada historia que hay detrás de un emprendimiento.

Francisco cuenta una anécdota, de un hombre que pidió un préstamo para comprar materiales reciclables – viejas botellas plásticas y latas de aluminio –, estos materiales los re-vende a empresas de reciclaje formales y consigue ganar un pequeño margen de la venta. Francisco exclama, “¡La verdad es que se puede hacer negocio de casi cualquier cosa!”

Uno de los momentos más difíciles a los que se enfrenta un Oficial de Crédito, es cuando se debe cobrar a una persona que por diversas circunstancias ha experimentado una baja en sus ventas y no puede pagar el total de la cuota del préstamo. Frente a una situación especial como esta, afirma Francisco, se intenta encontrar un camino alternativo justo, para mantener la relación con el cliente y a la vez conseguir lograr un arreglo de pago.

Detrás de situaciones como la anterior, existe un lado humano que Integral comprende y desea atender por medio de sus servicios, que representan una opción para personas que no pueden acceder al sistema financiero tradicional.

Durante el día se visitaron siete clientes más en distintos lugares, con distintas historias: la dueña de una “pulpería” (pequeña tienda de productos comestibles y de uso domestico); la doctora y su hijo propietarios de dos farmacias; una mujer que revende fruta comprada del mercado central; la propietaria de un comedor; el propietario de un sitio de lavado de autos; y finalmente una mujer que tiene un puesto de venta de pollos en el mercado.

Al salir del mercado, una mujer se dirige a Francisco para comentarle sobre una persona interesada en solicitar un crédito, él toma los datos para organizar una reunión con ella. Al terminar Francisco afirma: “Una de las mejores maneras de encontrar a nuevos clientes es a través de las recomendaciones de los actuales. Nuestros clientes actúan como “voceros” y así vamos conociendo a nuevos clientes casi todos los días.”
Después del almuerzo comenzaron las nuevas visitas, Francisco suele visitar un aproximado de doce clientes por día. El siguiente cliente vive en una zona rural de El Salvador, en una montaña a 45 minutos de la ciudad, ese día debía pagar su mensualidad. De camino Francisco cuenta un poco sobre la historia del cliente:

“El día que el cliente llevó a la casa el dinero del préstamo para su negocio, la suma de US$5,000, unos delincuentes llegaron a robarle todo. Cuando pidieron dinero el cliente les contestó que no tenía nada, aunque rebuscaron en la casa no encontraron el dinero y solamente se llevaron la mercancía de la tiendita. Cuando le preguntamos qué había pasado con el dinero de su préstamo, sonrió y nos contó que cuando había llegado a la casa esa tarde, lo había escondido en medio del maíz detrás de la casa. A pesar de haber perdido dinero con el robo del inventario, utilizó parte del crédito para recuperarse, a la vez que invertía en su negocio.”

De regreso a la ciudad, se visitó a una mujer con un puesto de venta de fruta y vegetales, al lado de la calle. Mientras ella atendía varios clientes, Francisco esperaba y una señora se acercó preguntando por créditos para vivienda, el nuevamente le pide la información de contacto y le explica un poco sobre los términos y condiciones del préstamo.

El procedimiento a seguir para la aprobación de un nuevo crédito, explicó Francisco, comienza por solicitar los datos de las personas calificadas para recibir el crédito, seguidamente se pasan los datos a la oficina de riesgo, para estudiar su calificación crediticia. Aproximadamente en un día, la oficina de riesgo da una respuesta y se procede a preparar la solicitud para el Comité de Créditos de Integral, el cual se reúne día a día para revisar casos, ajustar, rechazar o aprobar las solicitudes. Dependiendo del proceso, la futura cliente de Integral podría acceder a su crédito en menos de una semana.

Finalmente, en la última visita a una tienda pequeña, la clienta cuenta que hace dos meses unos jóvenes entraron a su casa y le robaron todo su inventario. En la misma semana del robo la mujer comunicó su situación a Integral y pudieron llegar a un acuerdo para bajar la cuota mensual y extender el plazo del crédito, así ella podrá continuar pagando la deuda. Aún así, los refrigeradores siguen vacíos y los estantes con pocos productos. Ella se muestra tranquila porque no le hicieron daño, sin embargo, se lamenta por el dinero que representa la pérdida de su inventario.

Antes de las 5:00 p.m., Francisco hace su última parada en la sucursal más cercana de Integral para depositar el dinero cobrado y luego sigue hacia las oficinas centrales donde revisa su itinerario para el día siguiente.

El Portal de Microfinanzas preguntó a Francisco si ha visto resultados positivos de su arduo trabajo y él de inmediato contesta orgulloso con un sí. Luego ilustra su respuesta con la historia de un cliente, propietario de una ferretería pequeña. Él hombre comenzó con un pequeño puesto hecho de láminas en una esquinita de su terreno. Con el financiamiento de Integral pudo construir un nuevo edificio de bloque de cemento, nuevas estanterías e invirtió en productos para la venta.

Francisco afirmó mientras sonrería: “Cuando veo estos casos de éxito, me siento orgulloso de mi trabajo. Me gusta lo que hago porque siento que estoy ayudando.” Además, termina con otra de sus anécdotas, en la que cuenta haberse disfrazado de Santa Claus la temporada navideña del 2009, para promocionar los productos de Integral en negocios de un pueblito en El Salvador.

De esta manera Francisco termina con su día de trabajo y cierra la puerta de su Oficina.