Publicado el 27 de Agosto del 2012

Hace algún tiempo escuché decir a un ex Gerente Central de Finanzas de una conocida Caja Municipal, de que la mora de su entidad “era consecuencia de un mal diseño de los productos crediticios” y “no tenía nada que ver con las áreas de negocios ni de seguimiento”.

Según su particular apreciación, los productos crediticios eran “empaquetados”, cuyo diseño no debía dar lugar a morosidad alguna.

Realmente, nunca pude entender de donde obtuvo dicha conclusión, puesto que desconozco de la existencia de algún producto crediticio que no genere mora.

En la práctica, los productos crediticios son un commodity, puesto que todas las entidades de microcrédito ofrecen préstamos para capital de trabajo o de activo fijo, con requisitos y/o políticas de crédito similares y registran una mayor o menor mora, dependiendo de la originación del crédito y de suseguimiento.

En el caso de la originación del crédito, la mora será producto de la mala evaluación de la capacidad de pago, del uso de metodologías no apropiadas, del quebranto de los principios básicos de microfinanzas y de las buenas prácticas, así como por la inexistencia o inadecuados comités de créditos, o la combinación de varios de ellos.

Mientras que la mora por mal seguimiento será consecuencia de la falta de políticas adecuadas de salida, de casos especiales, etc.

Como se verá, la mora es consecuencia de un proceso crediticio deficiente y no de un mal diseño de los productos.

Por lo que, su tratamiento deberá enfocarse en la capacitación permanente del recurso humano y en el cumplimiento de las políticas institucionales.

Tarea nada fácil para las áreas de recursos humanos, si se considera la alta rotación del personal de negocio en las entidades de microfinanzas, que muchas veces es lanzado al campo sin la capacitación adecuada.

Autor
Iván Lozano Flores