Publicado el 07 de Abril del 2012

Para quienes no tuvieron la oportunidad de escuchar hablar sobre la Banca de las Oportunidades, se trata de una Política Nacional de Inclusión Financiera del país hermano de Colombia, creada en el año 2006, para promover el acceso a servicios financieros de la población de bajos ingresos, con el fin de reducir la pobreza, promover la igualdad social y estimular el desarrollo económico en Colombia.

Para cumplir su misión:

• Promueven reformas al marco regulatorio,
• Propician proyectos que faciliten el acercamiento entre las instituciones y los clientes y
• Realizan alianzas público-privadas con bancos, compañías de financiamiento comercial, cooperativas, ONG y cajas de compensación familiar; a las cuales ofrecen incentivos (monetarios y en especie) para extender su cobertura, desarrollar productos adecuados y adoptar nuevas tecnología.
En la práctica, el principal instrumento de inclusión financiera lo constituyen los corresponsales no bancarios; quienes ofrecen cuentas de ahorro de bajo monto (con trámites de apertura simplificados), microseguros, incentivos al microcrédito, entre otros servicios.

Gracias a la presente iniciativa estatal, la Banca de las Oportunidades ha logrado desde su creación, contribuir al incremento del nivel de bancarización de Colombia de un 47.06% en el 2006 a un 63.1% en el 2011, así como incorporar 2’825,042 nuevos prestatarios al sistema financiero. Además, de casi cumplir su gran objetivo: dotar de oferta financiera a todos los Municipios de Colombia. Así encontramos, que de un universo de más de 1,100 Municipios a nivel nacional, se logró llegar a la casi totalidad de éstos, a excepción de 11, por su lejanía y agreste de la zona (http://www.bancadelasoportunidades.gov.co/contenido/contenido.aspx?catID=300&conID=690).

Uno de los mayores inconvenientes que se tuvo que superar para lograr este gran reto fue la carencia de acceso a la banda ancha de internet, en las zonas rurales, aisladas y de bajos ingresos; situación que obligó a instalar una red de antenas parabólicas, en gran parte, subsidiadas por el Estado, hasta el logro del punto de equilibrio comercial.

Aplicabilidad en el Perú

Lo interesante de la experiencia descrita, es que podría ser fácilmente replicable en el Perú. Más aún si revisamos nuestras débiles cifras de inclusión financiera:

• Según la Asociación de Bancos (Asbanc), al cierre del 2011, la banca peruana estuvo presente (a través de oficinas, cajeros automáticos o cajeros corresponsales) en 153 provincias del país, es decir, sólo en el 78% del Perú. (http://elcomercio.pe/economia/1383694/noticia-presencia-banca-llego-al-78-provincias-pais-2011).

• Según estadísticas oficiales de la Superintendencia de Banca y Seguros y AFP (SBS) a junio del 2011: solo 623 de los 1,835 Distritos del Perú tenían una Agencia, cajero automático o cajero corresponsal de un banco.(http://elcomercio.pe/impresa/notas/banca-aun-no-llega-al-66-distritos-interior-pais/20120313/1386530)

Una importante herramienta de inclusión, al igual que en Colombia, podrían ser los cajeros corresponsales, que según Asbanc “llegaron a 10.800 a diciembre de 2011” y “se espera superen los 15,000 al cierre del 2012”, según declaraciones del propio Superintendente de Banca, Seguros y AFP, Daniel Schydlowsky (http://elcomercio.pe/economia/1365669/noticia-sbs-priorizara-inclusion-financiera-proximos-cuatro-anos)

Otro elemento a utilizar serían las “cuentas básicas”, creadas mediante Resolución SBS N° 2018 – 2011, que permiten su apertura con requisitos de identificación y verificación mínimos, tales como: nombre completo del cliente, contenido en el Documento Nacional de Identidad (DNI) o Carnet de Extranjería, según corresponda, y domicilio actualizado según declaración del cliente.

Las condiciones de tales cuentas son principalmente: ser en moneda nacional, no ser superior a S/.2000 en todo momento, que los depósitos diarios no excedan los S/.1000 y los depósitos y retiros mensuales acumulados no superen los S/.4000, entre otras condicionantes.

Por el momento, la única entidad financiera que está explotando el producto es el Banco de Crédito del Perú, que a través de su red de Agentes BCP proyecta aperturar 1 millón de cuentas en un año (http://www.asesorempresarial.com/web/novedad.php?id=7675).

En cuanto a las dificultades de acceso a banda ancha, podrían utilizarse los servicios de Gilat Perú, líder en el rubro de las telecomunicaciones utilizando tecnología VSAT (Terminal de comunicación satelital muy pequeño) y con amplia experiencia en zonas rurales del Perú (http://www.gilat.com.pe).

El elemento que faltaría sería el apoyo estatal, que permita subvencionar la instalación y costo de la tecnología satelital, mientras las entidades logran cubrir su punto de equilibrio (a través de un número mínimo de operaciones, etc.).

Como se podrá apreciar, las alternativas de solución existen, sólo hace falta la decisión política de llevarlas a cabo y no esperar que la banda ancha llegue a donde de seguro no llegará nunca, por cuestiones de rentabilidad.

Autor
Iván Lozano Flores