Publicado el 22 de Diciembre del 2010

Jaime está sorprendido por el control absoluto que tiene el área comercial en la decisión de aprobación de los créditos que se presentan (no olvidemos que la opinión de la Unidad de Riesgos no es dirimente, al igual que en la mayoría de Instituciones de Microfinanzas – IMF).

Los créditos, de acuerdo al monto, siguen un canal de aprobación que empieza en el Comité de Créditos, pasa por el Jefe de Grupo, el Administrador, el Jefe Territorial, el Jefe de Línea, el Gerente de División, hasta llegar a la Gerencia General o Gerencia Mancomunada, como es el caso de las Cajas Municipales. Todo ello, bajo el supuesto de la existencia de una aprobación en cascada, que no siempre es así, como vimos en el artículo “LA VULNERACIÓN DE LOS NIVELES DE APROBACIÓN EN LAS IMF”.

El problema es que todos o casi todos, son medidos en gran medida, por la variación del volumen de colocación y no por la calidad de la cartera, lo que implica un descuido de la sostenibilidad a largo plazo de la IMF.

Ante esta realidad, algunas Entidades han optado por implementar el CHECK AND BALANCE en el proceso crediticio, que consiste en dividir el área comercial en dos Gerencias, una que gestiona los planes de crecimiento (Gerencia de Créditos) y otra que vela por el proceso de aprobación y calidad de cartera (Gerencia de Supervisión).

Para mayor detalle, la Gerencia de Supervisión es la encargada de aprobar las tasas preferenciales (siempre superiores al punto de equilibrio) y de supervisar a las Jefaturas de Productos (no evalúan ni aprueban créditos) y a los Funcionarios de Créditos.

Por su parte, la Gerencia de Créditos es la que define los planes de crecimiento, tanto de cartera como de red de oficinas, propone los modelos de incentivos del equipo de negocios, establece las metas de cada integrante del equipo de Negocios y tiene a su cargo a los Jefes Territoriales, Administradores, Jefes de Grupo y Analistas.

Lo novedoso de este esquema es la presencia y atribuciones del Funcionario de Créditos (o Supervisor de Créditos), quién se encuentra físicamente en cada Oficina, no reporta a la Gerencia de Créditos, sino a la Gerencia de Supervisión y su desempeño no es medido por el crecimiento de la Oficina, sino por la calidad de su cartera. Asimismo, tiene una delegación superior a la del Administrador (que asciende a U$.3,000), que puede llegar hasta los $.15,000 (montos superiores son evaluados por la Gerencia de Supervisión, Gerencia General o el Directorio, dependiendo del monto). Asimismo, es el Responsable del otorgamiento de las excepciones al Reglamento de Créditos, con lo cual se deja de lado “EL ABUSO DE LAS EXCEPCIONES A LOS REGLAMENTOS DE CRÉDITOS”(ver artículo relacionado).

La debilidad de este esquema es que la aprobación de créditos se hace lenta y no se crece al ritmo deseado. Sin embargo, permite el crecimiento de una cartera sana, que asegura la sostenibilidad de la IMF en el largo plazo: ¿Qué Caja Municipal se atrevería a implementarla?. Por lo pronto una Caja Rural ya lo hizo.

Autor
Iván Lozano Flores, Editor www.elanalista.com