Publicado el 31 de marzo del 2015

Las cifras no mienten. Desde el año 2012 se observa un crecimiento de la morosidad en todos los segmentos crediticios, siendo más notorio el deterioro en el segmento de créditos a pequeñas empresas.

Así tenemos, que en el lapso del 2012 al 2014, el ratio de cartera atrasada en pequeñas empresas creció de 6.93% a 8.57% en las Cajas Municipales, de 6.50% a 15.87% en las Cajas Rurales, de 5.48% a 7.45% en las Financieras y de 5.34% a 8.84% en los Bancos; siendo la excepción las Edpymes, donde el ratio de morosidad bajó de 6.81% a 6.09%, pero producto de la conversión de Nueva Visión de Edpyme a Financiera, ya que casi todas las Edpymes registraron incremento en la mora (Alternativa, Acceso Crediticio, Solidaridad, etc.).

Ante ello, la pregunta de rigor es: ¿Por qué la morosidad creció más en el segmento de créditos a pequeñas empresas?

Según algunos, en un contexto de desaceleración económica – como la actual -, la morosidad suele aumentar en el segmento micro y pequeña empresa, ya que los menores ingresos impactan de manera más significativa sobre su capacidad de pago, por ser los ingresos de los clientes de estos segmentos “altamente procíclicos”.

Sin embargo, otros indican que la morosidad se incrementa con mayor probabilidad cuando se aumentan los montos colocados, es por ello que el mayor crecimiento de la mora se observa en el segmento de créditos a la pequeña empresa, que registra las mayores tasas de crecimiento de colocaciones, respecto al resto de segmentos de crédito.

En mi opinión, la mayor morosidad en pequeña empresas se origina por que las entidades prestatarias están colocando más a los mismos clientes, “graduando” a los microempresarios en pequeños empresarios, no por el crecimiento de sus negocios, sino por el volumen de endeudamiento que les otorgan.

Así encontramos, que mes a mes, los créditos van migrando de micro a pequeña empresa, a medida que se les sobre-endeuda. Por ejemplo, a nivel de Cajas Municipales se observa que al cierre del año 2014, el crecimiento de los clientes con créditos de pequeña empresa fue de 8,611, mientras que el aumento de los clientes de micro empresa fue de apenas 6,635 (en ambos casos, neto de castigos).

A lo anterior debemos agregar, la deficiente evaluación de los prestatarios, principalmente, el nulo análisis del destino del crédito, a pesar de ser un pilar de las microfinanzas, conjuntamente con el análisis cualitativo y cuantitativo.

Por ejemplo, en el caso del análisis del destino capital de trabajo, se ignora su cruce con un ratio tan sencillo como la cuota del crédito a financiar / capital de trabajo neto; cuya omisión lleva a que se financie, en la mayoría de casos, más de un negocio del cliente, con el posterior desvió hacia otras actividades y el obvio incremento de la morosidad.

Felizmente, hay entidades de microfinanzas que ya han tomado conciencia de tal realidad y ahora centran sus esfuerzos en crecer a través de número de clientes de microempresas y no por aumento del saldo medio. Así encontramos entidades como Edyficar y Caja Chavín, que al cierre del 2014, aumentaron su base de clientes de microempresas en 41,350 y 6,765, respectivamente.

Por lo que, mi recomendación siempre será no el upgrading, sino el crecimiento horizontal, sobre nuestro segmento de clientes: los microempresarios.

Autor

Iván Lozano Flores

Gerente del Centro de Formación en Banca y Microfinanzas – CEFOMIC

Editor del sitio web: www.elanalista.com

ilozano@elanalista.com

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