Publicado el 01 de Febrero del 2012

Conocer el entorno económico internacional, sirve como herramienta para la toma de decisiones macroeconómicas del país, y también a nivel microeconómico (empresarial), por ello en el presente artículo se analiza lo que viene experimentando los principales bloques económicos del mundo.

El primero de ellos es Estados Unidos, quien en el 2008, después de haber sufrido la crisis financiera de los créditos suprime, tuvo que lanzar enormes rescates financierospara evitar que los bancos sigan quebrando y la iliquidez se apodere del mercado; actualmente dicho país, no ha podido reactivar su economía a niveles deseados, enfrentando tasas de desempleo por encima del 8%; más aún, a lo largo de su historia ha acumulado una enorme deuda pública (aprox. 100% de su PBI) que ha generado un alto déficit fiscal.

En el otro bloque, se encuentran los países de Europa, denominados Zona Euro (17 países de la Unión Europea que tienen como única moneda al euro). Durante la crisis suprime, Europa también realizó programas monetarios (mayor gasto) para evitar un contagio a su sistema financiero. Este fenómeno de la crisis, debilitó las economías mundiales, y Europa vio disminuir su ritmo de crecimiento económico y con tasas de desempleo de más de 9%, generando una menor recaudación tributaria, la cual no fue compensada con un menor gasto fiscal (dado que estos países tienen un nivel de vida bastante elevado con beneficios sociales financiados por el Estado), enfrascándolo en un alto déficit. Pero en sí mismo el déficit fiscal no es malo, dado que estos son financiados con emisión de deuda (bonos) permitiendo ampliar el mercado de capitales, el problema o la crisis surge cuando los compradores de bonos (inversionistas) exigen mayor tasa de interés y/o evitan invertir en estos instrumentos, por el riesgo que representa la capacidad de pago del Estado.

¿Por qué los principales bancos del mundo se ven afectados con la crisis fiscal?, porque son parte de los llamados “inversionistas”, que agrupa a bancos, fondos de inversión, aseguradoras, AFPs, entre otros. Quiere decir que los bancos mantienen entre sus activos, inversiones en bonos (llamados activos líquidos) que en muchos de ellos superan el 100% de su patrimonio, el cual equivale en promedio al 10% del total de sus activos.

Por ello, cuando el riesgo del emisor (Estado) se incrementa, la desvalorización de estos bonos y la mayor provisión por los créditos que entran en default en una crisis económica, podría mermar el capital del banco, poniendo en riesgo la continuidad de sus operaciones. Es decir, todo banco con la implementación de Basilea II (estándar internacional), debe cumplir con un mínimo del 9.1% de capital con respecto al total de sus exposiciones por riesgo de crédito, mercado y operacional; de no cumplir con este requerimiento de capital, el banco correo el riesgo de insolvencia, para ello los accionistas del banco deben realizar nuevos aportes o evaluar fusiones; pero si estos no se dan, el Estado sale a su rescate por el alto riesgo de una restricción del crédito al sector real, trayendo más carga fiscal y dificultando su retorno a la senda del crecimiento.

A todo esto, ¿China resultará afectada?, definitivamente que sí, considerando que el 30% de sus exportaciones tienen como destino a Europa y EE.UU. Pero aún así seguiría creciendo alrededor del 8%, con riesgos de contraer su expansión ante posibles brotes inflacionarios.

La solución para la crisis es más compleja de lo que se piensa. Es decir, al no haberse experimentado una crisis igual en el pasado, las recetas para resolverla divergen entre los líderes políticos de Europa y hasta en los propios economistas más influyentes en el mundo; por ejemplo, Paul Krugman (premio Nobel de Economía 2008), con planteamientos Keynesianos, sostiene que en una crisis económica, la solución no es reducir gasto fiscal como plantean los líderes europeos, dado que ello profundizaría aún más la crisis, y por el contrario deben enfocarse a mejorar la productividad empresarial (reducción de salarios) e incrementar el gasto en sectores que generen confianza al sector privado (inversión y consumo), principal motor de una economía.

En suma, debemos seguir atentos a lo que viene sucediendo en el mundo, porque la economía peruana no está exenta de los efectos adversos de la crisis fiscal internacional, y de acuerdo a las proyecciones, este año a Perú le contaría más de 2% en su tasa de crecimiento económico.

Autor
William Robles Villanueva